Cómo alimentar a un gato doméstico correctamente
Cómo alimentar a un gato, es uno de los temas que más dudas crea. En este artículo vamos a tratar todas esas cuestiones, para que lo tengas lo más claro posible.
Lo primero que hay que dejar claro, es que los gatos son carnívoros, mucho más que los perros. Necesitan proteínas y grasas de origen animal, para mantener su organismo en buen estado. Para alimentar a un gato de manera adecuada, el porcentaje de carne tiene que ser elevado en su dieta.
TIPOS DE ALIMENTOS PARA GATOS
Si quieres asegurarte de que tu gato toma todos los componentes que precisa, entonces lo mejor es que compres su comida en comercios especializados. En las tiendas de animales tienes gran variedad de productos para tu felino.
Comida seca: Se trata del pienso, que generalmente encontramos en forma de crujientes bolitas. El beneficio que le aporta a tu felino, es que con la masticación, se evita la acumulación de sarro. El sarro es la causa de la mayoría de enfermedades bucales en los animales.
Comida húmeda: Este tipo de comida les encanta a los felinos. Tiene un olor muy atrayente y es fácil de comer. Además, su gran aporte de agua, disminuye la probabilidad de que surjan problemas renales.
Comida casera: Siempre que le quieras dar comida casera a tu gato, debes evitar que contenga sal o aceite. Puedes hacerle carne o pescado cocido o asado, pero sin huesos ni espinas. Evita los alimentos de consumo humano, como las sobras, pueden llevar componentes perjudiciales para tu mascota. Además, la alta cantidad de calorías que tienen, predispone a tener problemas de sobrepeso.
¿COMIDA SECA O HÚMEDA?
A la pregunta: ¿Qué es mejor, la comida seca o la húmeda para los gatos? La respuesta es: Las dos. Para alimentar a un gato de manera adecuada, la mitad de su dieta debe ser comida seca y la otra mitad comida húmeda.
La comida seca evita la acumulación de sarro, como hemos dicho antes. Pero requiere más consumo de agua. A la larga hay probabilidad de que el gato tenga problemas renales si solo se alimenta de pienso.
La comida húmeda favorece la hidratación en los gatos. Pero propensa la aparición de problemas bucales, debido a la acumulación de sarro.
CUÁL ES LA MEJOR MARCA
A la hora de alimentar a un gato, debemos elegir la mejor marca que tengamos a nuestro alcance. Normalmente, en este caso el precio de la comida va muy relacionado con su calidad. Si el precio es bajo, lo más probable es que en su mayor parte esté compuesto por subproductos de origen animales (vísceras, huesos, cabezas, picos, sangre…). En cambio, los productos de alta calidad, te garantizan el uso de carne “real”.
Las marcas que se venden en supermercados (Compy, Ultima, Brekkies Excel…) son de muy baja calidad y no le traerá nada bueno a tu peludo si lo alimentas con ellas. Sin embargo, las marcas de tiendas especializadas, como Orijen o Acana, tienen un mayor precio pero con ellas tienes la seguridad de que tu gato está comiendo lo que necesita.
Por lo que respecta a la comida húmeda, cuanto más natural sea, mucho mejor. Por ejemplo, las latas de la marca Almo Nature, contienen solo dos o tres ingredientes y no llevan aditivos ni conservantes.
Para evitar engaños, lo mejor que puedes hacer es leer la etiqueta. Descarta la comida para gatos con un alto porcentaje de subproductos o de componentes vegetales. El porcentaje de ingredientes de origen animal debe ser superior al 50%.
CUÁNTO Y CUÁNDO ALIMENTAR A UN GATO
A los gatos les gusta administrarse la comida. Normalmente comen pocas cantidades de comida, varias veces al día. El problema de dejarle el pienso a su disposición, es que la falta de actividad y el sedentarismo hacen que los gatos caseros y esterilizados engorden con mucha facilidad.
Para evitar que tu gato coma demasiado, tienes que controlar su alimentación. Divide la ración diaria en varias partes y dásela entre 3 y 4 veces al día. En caso de que tu horario no te permita darle tantas veces al día, puedes dividirlo en dos y darle una toma por la mañana y otra por la noche.
Para saber la cantidad que le debes dar, tienes que mirar las recomendaciones del fabricante, que aparecen en el envase. En función de sus componentes, cada marca te aconseja una cantidad.
