Antiparasitarios externos para perros
Es muy importante que tu mascota esté protegida de los parásitos para evitar muchos males. Hay muchos tipos de antiparasitarios externos: pipetas, collares, espráis, comprimidos…
En primavera, los parásitos externos hacen su aparición después de haber pasado todo el invierno hibernando. Estos diminutos animales, además de ser desagradables, traen consigo multitud de problemas. La mejor manera para evitar que tu mascota y tu casa se vean afectadas por estos animales, es haciendo buen uso de los antiparasitarios externos.
TIPOS DE ANTIPARASITARIOS EXTERNOS
En el mercado existen varios tipos de antiparasitarios externos para tu perro. Hay que tener en cuenta que no todas las marcas son igual de efectivas. Asegúrate de que el producto que compras es fiable, para ello lo mejor es ir a una tienda especializada o consultar con tu veterinario.
Los tipos de antiparasitarios externos que existen para tu perro son:
Collares: Los collares más efectivos son aquellos que protegen de pulgas, garrapatas y mosquito transmisor de la leishmania. Hay que tener en cuenta que no todos tienen la misma duración y que unos van a ser más eficaces que otros. El collar debe colocarse ajustado al cuello para que esté siempre en contacto con la piel. Para evitar un ahogamiento, colócalo de tal manera que quede un dedo entre el cuello y el collar. Hay que comprobar que esté bien colocado de manera habitual. Lo ideal es retirarlo cuando vayas a bañar a tu mascota, aunque algunos son resistentes al agua. Para que no pierda efectividad debes mantenerlo siempre limpio, especialmente la parte en contacto con el cuello. Puedes pasarle un paño húmedo para eliminar la suciedad. La función de los collares es la de liberar un principio activo que se distribuye por la capa de grasa del cuerpo del animal. Tiene una acción repelente hacia los insectos que evita la transmisión de muchas enfermedades y parásitos por picadura.
Pipetas: Al igual que los collares, algunas pipetas protegen de pulgas, garrapatas y mosquitos de la leishmania. En este caso la duración es menor, la mayoría solo actúa durante unas semanas, por lo que se aplican más a menudo. La pipeta debe aplicarse en un lugar al que el perro no pueda llegar a chuparse. La zona del cuello y el lomo es el mejor sitio. Se debe retirar el pelo formando una línea y aplicar el líquido en esa parte expuesta de la piel. El producto activo se absorbe a través de la piel y se distribuye por la sangre a todos los lugares del cuerpo.
Comprimidos: Cuando hay una infección masiva de pulgas y garrapatas, el método más efectivo son los comprimidos masticables. Existen marcas que eliminan estos parásitos en cuestión de horas. El mayor problema es que no repele contra el mosquito de la leishmania, de ahí que haya que combinarlos con collares y pipetas.
Espráis: Tienen un efecto directo sobre pulgas, garrapatas y piojos, matándolos en el momento de su aplicación. El problema es que no tiene efectos a largo plazo, ni evita la transmisión de enfermedades. Algunas marcas permiten su uso en animales de pocos días de edad a los que no se les puede poner otros antiparasitarios. La dosis debe ajustarse a lo que pone en las indicaciones de uso. La distribución debe hacerse por todo el cuerpo y a contrapelo para que llegue a todos los lugares.
Champú: Al igual que el espray, elimina pulgas, garrapatas y piojos. La acción también es momentánea y no tiene efectos repelentes a largo plazo.
Además de proteger a tu perro contra parásitos, es importante usar antiparasitarios para el hogar. Las pulgas y garrapatas quedarse en mobiliario y alfombras, pudiendo volver a infectar a tu mascota cuando pase el efecto.