Insuficiencia renal en gatos: Síntomas y tratamiento

La insuficiencia renal es una enfermedad muy habitual en los gatos. Es importante conocer las formas de prevenirla y tratarla.

El fallo o insuficiencia renal afecta a un tercio de gatos de más de 10 años y a la mayoría de gatos de más de 15 años. Se produce cuando los riñones están afectados y dejan de hacer su función vital para el organismo.

Los riñones son los encargados de cumplir funciones muy importantes:

  • Mantienen el nivel de agua y  minerales adecuado en el organismo.
  • Controlan la presión arterial.
  • Producen hormonas que ayudan a la fabricación de glóbulos rojos.
  • Filtran las sustancias peligrosas y las eliminan a través de la orina. De esta manera evitan que pasen a la sangre.

CAUSAS DE LA INSUFICIENCIA RENAL

La mayoría de felinos afectados por esta enfermedad son gatos mayores. Sin embargo, hay determinadas situaciones que pueden acelerar la aparición de este problema:

  • La raza: Los gatos de raza Siamés, Persa, Birmano, Maine coon, Azul ruso y Abisinio, están genéticamente predispuestos a sufrir la enfermedad de manera temprana.
  • Medicamentos: El abuso de determinados medicamentos, como corticoides y antiinflamatorios, pueden dañar los riñones.
  • Riñones poliquísticos: Este problema es muy habitual en gatos de especies exóticas. Los quistes llenos de líquido invaden poco a poco el tejido normal del riñón. De esta manera impiden que realicen sus funciones adecuadamente.
  • Tumores: es por ejemplo el caso del linfoma renal felino.
  • Infecciones: Una simple infección de orina puede complicarse y causar la proliferación de bacterias en el riñón. Si la infección de bacterias no se controla a tiempo, puede afectar irreversiblemente al órgano.
  • Intoxicaciones: Los metales pesados, productos de limpieza, químicos, plantas tóxicas… son algunas de las sustancias que pueden causar grandes problemas a nivel renal si los gatos las ingieren.
  • Enfermedades: La leucemia felina o la inmunodeficiencia pueden favorecer el desarrollo de un fallo renal.

SÍNTOMAS DE LA INSUFICIENCIA RENAL

Es complicado detectar la insuficiencia renal a tiempo solo con los síntomas. Cuando aparecen los primeros indicios, en la mayoría de ocasiones los riñones ya están seriamente dañados. La mejor manera de prevenir el fallo renal es haciendo análisis rutinarios. A partir de los 8 años los gatos deben hacerse un análisis de sangre y de orina anual.

Los principales síntomas a los que debemos estar muy atentos son:

  • Aumento de la ingesta de agua: Esto va muy unido al aumento de las veces que los gatos van a orinar. Si tu gato vacía el bebederos muy rápido y la bandeja de arena siempre está mojada, ve al veterinario lo antes posible.
  • Pérdida de peso: En ocasiones a pesar de que come, el felino cada vez está más delgado.
  • Falta de apetito.
  • Deshidratación: Esto es debido a que el animal no es capaza de controlar la retención de líquidos en su organismo.
  • Vómitos y diarrea.
  • Debilidad.
  • Pelaje desmejorado: El principal síntoma que indica que algo va mal en un gato es el pelaje. Los felinos dejan de asearse cuando están mal y su pelo se vuelve sucio, despeinado y apagado.
  • Depresión: Muchas veces el animal pasa mucho tiempo acostado y apartado de la familia. Además, puede que  no le apetezca jugar ni que lo acaricies.

insufiencia renal gatos

TRATAMIENTO DE LA INSUFICIENCIA RENAL

Los riñones no son capaces de regenerarse como ocurre con otros órganos como el hígado, por lo que hace que la enfermedad sea muy dura. Si está muy extendido el daño, el animal puede morir en poco tiempo aunque se le ponga tratamiento.

En cualquier caso, si nuestro felino tiene este problema, debemos hacer todo lo posible para que esté bien. En función del grado en el que se encuentre la enfermedad, el veterinario va a aplicar un tratamiento u otro.

  • Alimentación: Es la parte más importante para detener el avance de la enfermedad. Hay que darle una dieta renal especial y de calidad. Estas dietas suelen ser bajas en fósforo, proteínas y sal.
  • Hidratación: Como no es capaz de regular la retención de líquidos, hay que asegurarse que el felino esté bien hidratado. Quizá sea necesario hospitalizarlo y ponerle fluidoterapia en la clínica. La comida húmeda ayuda también a la ingesta de líquidos. Por otro lado, es muy importante que en casa tenga siempre agua limpia y fresca. Las fuentes de agua para gatos son de gran ayuda porque depuran el agua y atraen a los felinos.
  • Antibióticos.
  • Complejos vitamínicos.
  • Estimulantes del apetito.

La recuperación del animal también va a depender de si se trata de un fallo crónico o agudo. El fallo agudo se produce en un momento puntual, si por ejemplo ha ingerido algún producto tóxico, y el animal se recupera. El fallo crónico supone un deterioro del órgano y es imposible su recuperación, aunque sí se puede estabilizar al gato. Si seguimos todas las indicaciones del veterinario, mejoraremos la calidad de vida de nuestro pequeño felino y evitaremos desagradables recaídas.

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