Leucemia felina: Formas de contagio
La leucemia felina es una enfermedad muy grave que afecta a los gatos. La única manera de prevenirla es conocer las principales formas de contagio.
La leucemia felina ataca a las células que se encargan de defender al organismo, los leucocitos. Cuando el sistema inmune se ve afectado por este virus, el animal queda expuesto a cualquier parásito o enfermedad.
FORMAS DE CONTAGIO DE LA LEUCEMIA FELINA
Un gato afectado por leucemia felina libera gran cantidad de virus a través de la saliva y de las mucosas. El contacto de estos fluidos con otros gatos que no estén vacunados supone un alto riesgo de contagio. En el ambiente, el virus apenas sobrevive unos minutos o unas horas en función de las condiciones ambientales, pero durante ese tiempo es muy contagioso.
Las formas de contagio de la leucemia felina pueden ser mediante:
Acicalamiento: Los gatos forman colonias y tienen mucho contacto entre ellos. Se acicalan unos a otros y la saliva cargada de virus es una forma de transmisión muy efectiva.
Peleas: Los arañazos que se producen entre gatos por territorialidad o durante la época de celo, también son una fuente de contagio en muchos animales.
Bebederos: Un gato enfermo que bebe en el mismo lugar que otros congéneres, puede dejar virus en el agua. Los demás gatos que van a beber al mismo sitio pueden incorporar el virus a su organismo de manera oral.
Orina y heces: En caso de gatos que comparten arenero o hacen sus necesidades en el mismo lugar.
Gestación: Las gatas afectadas por leucemia felina pueden transmitir el virus durante la gestación a los fetos. Sin embargo, en estos casos el índice de aborto es muy elevado y si llega a producirse el parto, los gatitos sufren normalmente una muerte prematura.
Lactancia: El virus puede pasar a los cachorros al ingerir la leche o cuando la hembra los asea.
Los gatos que viven en casa y no salen a la calle, tienen menos riesgo de contraer la enfermedad. Aun así, siempre hay métodos para prevenir el contagio.